La terapia presencial es muy recomendable, ya que permite una comunicación más directa con el psicólogo, facilitando y dinamizando el proceso terapéutico. Cada modalidad tiene sus ventajas, pero ésta permite sacar el máximo provecho. Nuestra metodología de trabajo, nuestros objetivos y nuestros criterios de calidad son aplicables a cualquiera de las modalidades terapéuticas ofrecidas.
Como psicólogos clínicos, pretendemos aplicar nuestra experiencia y nuestros conocimientos para ponerla al servicio de la salud de nuestros pacientes. Queremos servir de espejo, de guía y de acompañantes en el camino de aquellos que atraviesan momentos de dolor emocional y de vulnerabilidad. Buscamos la recuperación de nuestros pacientes, pero no sin que se lleven el máximo de aprendizaje y crecimiento.
Lo más habitual y efectivo es realizar una sesión semanal. Aunque la terapia se realiza durante las sesiones, los beneficios se extienden a la vida del paciente desde el inicio del tratamiento por 2 razones:
1. Por la propia decisión y motivación del paciente, lo cual genera una predisposición positiva al cambio en todo momento.
2. Por los consejos y tareas terapéuticas que el psicólogo le recomienda realizar al paciente durante la semana en su vida cotidiana.
El número de sesiones y la duración de la terapia dependerá de muchos factores: personalidad, experiencias, problemática, sintomatología, contexto.
A través de nuestro método terapéutico pretendemos conseguir resultados eficaces en el menor tiempo posible, maximizando los logros conseguidos a lo largo del tiempo.